Este año no me apetece nada dibujar la felicitación de Navidad, que hago siempre a última hora.
A finales del pasado verano falleció mi padre después de una larga y jodida enfermedad.
Me quedan en el recuerdo los veranos y otras épocas que trabajé con él, de aquí para allá con su indestructible C15, su última furgoneta. Mucho trabajo y muchas anécdotas.
Con él se va la mitad de mi vida, la mejor mitad, sin duda.
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